En esta ocasión, tenemos el honor de conversar con José Patrocinio Morales López, conocido por muchos como “Patrón Morales”. Nacido en Lepe, este destacado jurista ha dedicado su vida al servicio público, forjando una sólida carrera profesional en el ámbito del Derecho Administrativo y la Seguridad Social. A través de esta entrevista, conoceremos los hitos que han marcado su vida personal y profesional, y cómo su origen en Lepe ha sido una inspiración constante.
José Patrocinio, comencemos por tus raíces. ¿Qué significa para ti ser de Lepe?
Ser de Lepe es un verdadero orgullo. Nuestro pueblo tiene algo especial, una alegría innata que es un gran aliado en cualquier situación. Decir que soy de Lepe siempre genera buen humor y crea un ambiente distendido, lo cual facilita mucho las cosas. Incluso he firmado autógrafos solo por ser de allí, lo cual siempre me resulta curioso. Cuando alguien se pone pesado con las bromas sobre Lepe, les digo medio en broma y medio en serio: “Ser de Lepe es un honor, más que un título de nobleza”.
Tus palabras denotan un profundo respeto por tus padres. ¿Qué valores te inculcaron ellos?
Mis padres, José Morales Roldán y Manuela López Márquez, fueron un ejemplo de vida. Pertenecían a esa generación de padres que vivieron para sus hijos, sacrificándose sin recibir el reconocimiento que merecían. Les debo todo: mis oportunidades, mi educación y mis valores. Siempre me enseñaron a valorar la formación como el mayor patrimonio que una persona puede tener.
¿Cómo fueron tus primeros pasos en la educación?
Comencé en lo que entonces se llamaban “migas”, las academias de Bernardita Mendoza y Carmencita Díaz, donde ya aprendías a leer, escribir y realizar operaciones básicas. Luego, antes de la edad reglamentaria, asistí a la escuela de Don Victoriano García de Casasola, un amigo de mis padres. Fue en el colegio Alonso Barba donde realmente inicié mis estudios formales, con maestros como Don José Fernández Feu, quien marcó mi infancia.
¿Qué recuerdos guardas de tus años universitarios?
Estudié Derecho en la Universidad de Sevilla, especializándome en Derecho Público. Recuerdo a catedráticos como Clavero Arévalo o Olivencia, figuras icónicas de la historia jurídica española. Viví en la casa de Genaro Acosta e Isabel Prieto, una experiencia inolvidable que compartí con otros estudiantes de Lepe. Aquellos años consolidaron mi vocación por el servicio público.
Tras licenciarte, ¿cómo iniciaste tu carrera profesional?
Comencé en 1984 como Asesor Jurídico en el Ayuntamiento de Lepe, donde tuve el privilegio de trabajar con figuras históricas y realizar tareas fundamentales, como la redacción de nuevas ordenanzas municipales y un nuevo Plan General de Ordenación Urbana. En 1991, decidí salir de mi zona de confort y obtuve una plaza de Técnico Superior Jurídico en Madrid, en la Mutualidad Nacional de Previsión de la Administración Local.




Tu carrera en la Seguridad Social parece especialmente destacada. ¿Cómo fueron esos años?
En la Tesorería General de la Seguridad Social he desarrollado más de 30 años de mi carrera. Me asignaron asuntos internacionales, participando en el grupo de expertos que en representación de España colaboró en la redacción del vigente Reglamento Europeo de Coordinación de los Sistemas Nacionales de Seguridad Social de los Estados miembros, así como en la redacción, entre otros, de convenios internacionales de Seguridad Social como el Multilateral Iberoamericano o el bilateral España-Japón. Fue un periodo apasionante, con viajes frecuentes y trabajo intenso.
¿Cómo es tu trabajo actual como Consejero Técnico en el Área de Ordenación?
En esta área nos encargamos de elaborar normas que rigen la Seguridad Social, como leyes, decretos y reglamentos. Es apasionante participar directamente en la creación de las normas que van a regir el sistema de la Seguridad Social, analizando su impacto en el ordenamiento jurídico español y en el europeo, siguiendo las directrices de técnica normativa, enorgulleciéndome por ello de contribuir al desarrollo de un sistema que nos protege en los momentos más vulnerables de nuestra vida.
¿Cómo era el Lepe de tu infancia? ¿Qué recuerdos guardas?
El Lepe de mí infancia era un pueblo alegre y tranquilo, para mí el centro del mundo, jugaba con mis amigos, que todavía los conservo a todos, en el paseo cuadrado, íbamos al campo, al río, a la playa, nos sentíamos muy libres porque no había peligro y respetábamos mucho a los mayores, a los maestros y a las autoridades.
Si tuvieses que elegir un lugar de Lepe, ¿Cuál sería y por qué?
Sin lugar a dudas la plazoleta de la calle Mayor donde actualmente está el pozo, allí nací yo, allí estaba mí casa, allí estaba mí hogar, donde me sentía seguro y querido, donde también vivían mis primos y donde todos los vecinos éramos una gran familia.
¿Cómo se ve Lepe desde fuera?
Salvo los cuatro ignorantes que sólo ven chistes, la inmensa mayoría lo ven como un pueblo muy emprendedor y trabajador, con un buen nivel de vida y un lugar ideal para pasar las vacaciones y el tiempo libre, en el que se sorprenden con su actividad cultural.
Después de tantos años en Madrid. ¿Que nos dirías de la capital de España?
Madrid actualmente es una de las capitales del mundo, es una ciudad muy viva que se renueva y actualiza constantemente en todos los ámbitos de la vida, siendo una ciudad de vanguardia en todos los aspectos, cultural, social, urbanístico, arquitectónico…
¿Qué es lo que más te gusta de la ciudad y lo que menos?
Lo que más me gusta es que en Madrid nadie se siente extraño, es una ciudad muy acogedora y solidaria, quizás porque la mayoría han venido de fuera o sus padres o sus abuelos y con educación en todos los círculos eres bien recibido.
Lo que menos, quizás las prisas con las que se vive.
¿Qué nos recomendarías visitar?
¡Serían tantas cosas!…pero como a mí me encanta el arte sin lugar a dudas sus museos y especialmente el Prado, el Reina Sofía y el Thyssen donde desde el arte haces un recorrido por la historia de España, de Europa y del mundo.
Finalmente, ¿qué te motivó a aceptar esta entrevista?
Soy muy reservado para hablar de mi vida, pero pensé en mis padres, quienes estarían encantados. Además, mi mujer Pilar, que es el motor de mi vida, me animó a compartir esta experiencia. A ambos les dedico esta entrevista con todo mi cariño.
A través de su testimonio, José Patrocinio Morales López nos ha dejado ver no solo su trayectoria profesional, sino también los valores que lo han guiado. Su dedicación al servicio público y su orgullo por sus raíces son ejemplos inspiradores de lo que significa ser un verdadero servidor de la sociedad.

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