Nuestro pueblo, Lepe, es uno de los mƔs antiguos de la zona donde vivimos. Por nuestra tierra han pasado distintas civilizaciones que han llegado desde remotos lugares de nuestro planeta.
El nombre de Lepe ha pasado por diversas denominaciones a lo largo del tiempo, comoĀ LaepaĀ oĀ Leptis Praesidium Lepense. SegĆŗn prestigiosos historiadores, su origen es fenicio, aunque fueron los romanos quienes colonizaron la penĆnsula ibĆ©rica y la denominaronĀ Hispania, que significaĀ tierra de conejos. TambiĆ©n existe en el norte de Libia una ciudad muy importante llamadaĀ LĆ©ptis Magna. Aunque no sabemos si tuvo alguna relación con el nombre antiguo de nuestra población.
Por nuestra tierra pasaron distintos pueblos que colonizaron la penĆnsula ibĆ©rica, como romanos, visigodos y Ć”rabes. Como resultado, nuestra forma de hablar tiene influencias de todas estas civilizaciones. AdemĆ”s, segĆŗn numerosos investigadores, la AtlĆ”ntida de Platón se encontrabaĀ mĆ”s allĆ” de las Columnas de HĆ©rcules. Posiblemente en la zona del actual Coto de DoƱana. En cuanto a la civilización perdida de Tartessos, cuyo nombre parece derivar deĀ Tharsis, se ha intentado ubicar en la zona de Huelva, a donde los fenicios llegaban en busca de plata, un metal muy apreciado en la antigüedad por los egipcios.
AndalucĆa tiene una lengua influenciada por los pueblos que nos invadieron. Hablamos un castellano particular, marcado por el latĆn y, por supuesto, por el Ć”rabe, ya que los musulmanes estuvieron con nosotros durante siete siglos. TambiĆ©n encontramos influencias de nuestros vecinos portugueses debido a los contactos directos que hemos tenido a lo largo de la historia por relaciones comerciales, familiares y conflictos bĆ©licos.
El habla lepera es un reflejo del habla andaluza y presenta caracterĆsticas como una pronunciación relajada, la ausencia de lasĀ esesĀ finales, la economĆa de las palabras, el ceceo, el yeĆsmo y la aspiración de laĀ h, que a veces se convierte enĀ j. Sin embargo, en Lepe no se dan todos los rasgos caracterĆsticos del habla andaluza, ya que no compartimos el yeĆsmo. Esto se debe a que pronunciamos correctamente el nombre de la Virgen de la Bella, lo que trasladamos a todas las palabras que contienenĀ ll.
Otra particularidad de nuestro habla es el uso de vocablos propios de la comarca, muchos de los cuales no aparecen en el diccionario de la lengua espaƱola. Algunos ejemplos son:Ā ceporro, churrete, arrumbar, agarrao, embobĆ”, chuchurrĆo, careto, pingandeo, cotorra, abombao, chipichanga, comitrajo, chambao, pregeƱo, enguachinao, guarnĆo, jamacuco, mijita, mojiganga, pecho, pejiguera, respingo, tranca, etc. Muchas de estas palabras son consideradas arcaicas en otras regiones, lo que significa que han caĆdo en desuso debido a la evolución de la lengua.
También nos distingue nuestra entonación, que permite identificar a los leperos en otros pueblos de la provincia y en distintas zonas de España.
Por todo ello, propongo la creación de un diccionario de palabras y expresiones propias de Lepe para preservar nuestro legado lingüĆstico. Aunque ha habido varias iniciativas para realizarlo, hasta ahora no han fructificado.

Cabe destacar la tesis realizada por la catedrĆ”ticaĀ Josefa MarĆa Mendoza Abreu, tituladaĀ Contribución al estudio del habla rural y marinera de Lepe, donde analiza de manera detallada las caracterĆsticas de nuestro modo de hablar, asĆ como muchos vocablos propios de nuestro municipio, explicando su origen y evolución.
Lepe, uno de los pueblos mĆ”s antiguos de la región, ha sido escenario del paso de fenicios, romanos, visigodos y Ć”rabes, dejando una huella Ćŗnica en su legado cultural y lingüĆstico. Su habla, distintiva y rica en vocablos propios, refleja siglos de influencias y tradiciones que se mantienen vivas. Con propuestas de crear un diccionario local y estudios acadĆ©micos que avalan su singularidad, se destaca la importancia de preservar este patrimonio lingüĆstico y cultural.
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J. Antonio RamĆrez