Carlos González, Oviedo (Asturias)

El lepero de 23 años reside en Oviedo, es jugador profesional de balonmano y componente del Unión Financiera Balonmano Base Oviedo. Graduado en Ciencias del Deporte y opositor a bombero. Su pasión por este deporte le viene de familia, por parte de su padre que también lo practicaba.


El joven reconoce que tuvo que madurar muy pronto, pues lleva desde los 15 años viviendo lejos de su pueblo natal, con el apoyo constante de sus padres: “me ha dado mucho aprendizaje el hecho de vivir tantos años fuera de casa”, explica. Además, asegura que ha conocido a gente magnífica y le encantan los
paisajes y los pueblos asturianos.


LA: -¿Cuánto tiempo llevas viviendo en Oviedo y qué te llevó allí?
CG:-Llevo aquí toda la temporada, me vine porque había un buen proyecto a nivel deportivo, y pensé que era una oportunidad muy buena para mi, para seguir mejorando y progresando como jugador. Tenía esa espinita clavada desde hace mucho tiempo, de poder vivir la experiencia y vivir un poco más lejos de casa, en otra ciudad, otra cultura, otra gente, hacer un cambio de aires.


LA: -¿Cómo es tu vida allí, qué sueles hacer en tu día a día?
CG:-Hago trabajo de gimnasio por las mañanas (3 o 4 veces por semana), también llevo un equipo de niños pequeños, entreno por la tarde y la mayor parte del día estudio para la oposición a bombero. Hay poco descanso en el deporte profesional.


LA: -¿Echas de menos tu pueblo y tu gente?
CG:-Tuve la suerte de empezar muy joven en esto, desde los 15 años llevo fuera de casa, si que es verdad, que cada año pesa más el sentido de estar lejos de tu familia, de tus amigos, de tu pueblo, de todo. Cada año se echa más de menos, cada año tengo más ganas de poder volver a casa y poder asentarme un poco, pero creo que un par de años más me quedan de carrera deportiva.


LA: -¿Qué te atrajo inicialmente del balonmano como deporte?
CG: -Cuando era niño me gustaba el deporte, el balonmano siempre lo tuve en la cabeza porque mi padre jugaba y yo iba a verlo. Lo probé, me gustó y encima se me daba bien, ahí empezó todo.


LA: -¿Cómo te preparas física y mentalmente para los partidos importantes?
CG:-Física y mentalmente te vas preparando durante la semana, el día del partido cada uno tiene su propia rutina, yo tengo mis manías; ducharme antes, jugar siempre con las misma ropa térmica, llevar los calcetines de la suerte, siempre tengo que comer pasta y no puedo dormir siesta antes del partido.


LA: -¿Cuál es tu opinión sobre la importancia del trabajo en equipo en el balonmano?
CG:-El deporte es un trabajo en equipo, por lo tanto, es fundamental que cada individuo dé lo mejor de sí mismo para lograr un óptimo desempeño a nivel grupal. Sin embargo, no basta únicamente con eso. De hecho, está comprobado que depender demasiado de un jugador destacado puede resultar contraproducente en muchas ocasiones. Si ese jugador falta, el equipo puede resentirse. Es de suma importancia que todos los miembros del equipo tengan su propio rol y función. Cada uno debe aportar según sus capacidades y responsabilidades, ya que todos son piezas fundamentales en el funcionamiento del equipo. Además, es esencial que haya un juego colectivo sólido, el cual está estrechamente vinculado con la habilidad del entrenador para administrarlo. Esta cohesión es lo que realmente te lleva a ganar competiciones. Si bien un destello individual puede ganar un partido, la consistencia y la regularidad del equipo son los pilares que sustentan el éxito a largo plazo.


LA: -¿Qué has aprendido al vivir fuera de casa?
CG:-Tuve una madurez muy temprana para mi edad, a los 15 años ya llevaba una vida que parecía la de una persona mayor de edad, porque vivía prácticamente solo y tenía total independencia. Es cierto que tuve el apoyo constante de mis padres y mis tutores, pero aun así, esa experiencia me hizo madurar mucho. He vivido muchas cosas, he residido en varios lugares de España, he conocido a muchísima gente del mundo del balonmano. Al final, cada fin de semana visitas un sitio diferente para jugar. Me ha dado mucho aprendizaje el hecho de vivir tantos años fuera de casa. Aunque en el futuro, me gustaría volver a Lepe y crear mi familia allí, pero no cambiaría nada de lo que estoy viviendo a día de hoy.


LA: -¿Cómo fue tu entrada en el club y cómo lo viviste?
CG:-Cuando llegué la gente me sorprendió muchísimo, he conocido a gente magnífica, los paisajes, los alrededores, los pueblos de Asturias son increíbles, ¡me encantan! En el club, los compañeros son muy cercanos y muy profesionales. Los primeros meses, me lesioné y me tuvieron que operar, fue un poco duro el inicio pero me ayudaron muchísimo, solo tengo palabras de agradecimiento para la gente del club

LA:-¿Cuál es tu lugar favorito en Oviedo para relajarte?
CG:-Cuando lo necesito, lo que suelo hacer es irme a la playa, de Gijón o de alrededores. Será porque lo he mamado desde pequeño, la playa me encanta, cuando estoy mal es lo que más me ayuda. También, hay un mirador que se llama el mirador del Cristo, se ve todo Oviedo desde ahí arriba, es un buen sitio
para relajarse.

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