Vicedecana de la Facultad Ciencias de la Educación (u.s.) Seretaria
del grupo de fieles de Ntra. Sra. de la Bella de Sevilla
Lepe, 17 de febrero de 1975
Orígenes familiares
¡De casta le viene al galgo! Desde hace décadas, Roque Morgado, nos tiene acostumbrados a escuchar sus fandangos a la Virgen Bella en dos sitios emblemáticos: al terminar la Salve en la Cruz Primera y cuando la Madre llega al Terrón, Río Piedras de Lepe, estela del Cielo, transfiguración del lepero de todos los tiempos.
Es un hombre sencillo, campero, (ahora trabaja en lo suyo pero de joven estuvo trabajando por cuenta ajena), generoso, amante de la Virgen. A su lado, desde chiquillos, Pepa Camacho, su mujer, la madre de sus hijos, su confidente y amiga de toda la vida. Una pareja lepera que desde su juventud ha tenido inquietudes religiosas profundas y de servicio a su pueblo.
Empezaron muy pronto a trabajar su fe, con los grupos de los ARC, que creara en Lepe don Francisco Pérez Paz (q.e.p.d.) y siguieron con los grupos neocatecumenales hasta llegar a los grupos de matrimonios a los que pertenecen hoy en día. Dios les regaló tres hijos, dos chicos, Roque y José Manuel y una chica, a la que llamaron Beatriz.
Infancia de Beatriz Morgado: Lepe y primeras influencias educativas
¡Cuántas veces me he acercado yo al carrito de la niña para saludarla y juguetear con ella cuando era un bebé! Pero nuestros destinos se separaron. Yo me fui a estudiar a Sevilla y Beatriz Morgado, diez años más joven que yo, siguió su vida en Lepe.
Estudió los primeros años de la EGB en mi colegio, el Alonso Barba. Pero los últimos años, 7º y 8º fue la generación que abrió el CEIP la Noria. Según sus palabras: “Allí descubrí la verdadera esencia de la enseñanza, la tutoría entre iguales”.
Se le llena la boca recordando a sus profesores: Manoli, Belén, José Oria, ….. y tantos otros. Fue de la última promoción de educandos leperos que tuvieron que ir al instituto de Cartaya para alcanzar el grado de bachiller porque abrieron la secundaria en Lepe. Desde pequeña sabía que iría a Sevilla a estudiar y que viviría en un piso de estudiantes. Y lo sabía porque se crió con su abuela, nuestra recordada Ana la Galana, que continuamente le repetía, como un mantra: “Yo no fui a la escuela porque tenía que cuidar de mis hermanos. Estudia, porque como se va a poner la vida, una mujer no puede depender de un hombre”. ¡Qué sabia y que mujer tan preclara, su abuela Ana! Una mujer que dejó huellas porque siempre fue muy generosa y ayudaba a todas sus vecinas en unos años de escasez y pobreza común.


Primeros pasos en Sevilla y su vocación universitaria
Así la chiquilla, ya una mujercita, con sus 18 años y una maleta llena de valores inculcados por sus padres y sus abuelos, tomó la primera camioneta de Damas para ir a Sevilla y comenzar sus estudios de Psicología. Lo que no sabía entonces es que su vida quedaría ligada para siempre con la ciudad hispalense. Cuando Beatriz Morgado se bajó en la antigua estación de Damas, en la calle Reyes Católicos, la sorprendió la majestuosidad del puente de Triana. En aquel momento, tampoco sabía cómo se iba a involucrar su corazón con ese barrio señero sevillano en el que pasa tantas horas en la Parroquia de San Joaquín, sede de la futura Hermandad de la Bella en Sevilla.
Beatriz Morgado y su despertar investigador en Psicología Evolutiva
Descubrió muy pronto, siendo una joven estudiante de bachillerato que quería dedicarse a alguna profesión cuyo principal objetivo fuera ayudar a los demás. Y se decidió por Psicología evolutiva y de la educación porque le encanta encontrarse con los niños.
Su vida cambió en 3º de carreras cuando tuvo como profesora Mª de Mar González Rodríguez, porque le inculcó la pasión por la investigación. Desde 4º se involucró en la vida docente universitaria y comenzó como alumna interna en el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, del que hoy es profesora. Maestro al que quiere y sigue aunque ya nos dejó, Joaquín Mora, está continuamente en su charla como profesional.
Diversidad familiar y la tesis de Beatriz Morgado sobre infancia y divorcio
Su primer trabajo fue evaluar los materiales didácticos del proyecto: Familias Diversas, Familias Felices (1997).Un proyecto pionero en España para trabajar, desde el aula, la diversidad de familias. Se licenció, con honores, con un curriculum espectacular, en 1998. Y comienza su línea de trabajo centrada en el estudio de la diversidad familiar, concretamente el estudio de la monoparentalidad (familias en las que están al frente un solo progenitor, generalmente una mujer, con sus hijos o hijas menores de edad).
Su primer acercamiento al estudio de estas familias fue a través del proyecto de I+D+I Mujer y monoparentalidad En España. Del hecho social a la realidad humana” (1998-2001), donde se aproximaron, desde la psicología, por primera vez en España, a la maternidad en solitario en general, incorporando a su estudio, a las familias de madres divorciadas o separadas, solteras y viudas, de distintas procedencias socioeconómicas y educativas.
Los resultados de este proyecto permitieron hacer un dibujo de las principales características de las familias monoparentales de nuestro país. En el marco de este estudio, emana el proyecto de su tesis doctoral: Experiencia del divorcio parental y ajuste psicológico infantil (Morgado, 2008), dirigido por su mentora Mª del Mar González Rodríguez. Este trabajo permitió por un lado, conocer cómo viven niños y niñas en edad escolar la experiencia del divorcio parental. Y por otro, cómo es su ajuste psicológico (competencia académica: rendimiento y motivación escolar; ajuste emocional y comportamental; competencia cognitiva y social y autoestima).Este estudio permitió conocer, desde la propia voz infantil y por primera vez en nuestro país, cómo viven niños y niñas la experiencia del divorcio parental.
Trayectoria académica en la Universidad de Sevilla
Desde ese momento, su carrera docente en la Universidad de Sevilla fue meteórica. En 2004 se saca su plaza como profesora ayudante y en 2019 como profesora titular. Su actividad investigadora siempre ha estado inmersa en el grupo de investigación Desarrollo y Educación en Contextos Familiares y Escolares SEJ- 547, al que pertenece desde el año 2000.
La atención a la diversidad ha sido el eje vertebrador de su actividad como investigadora. La primera parte de su trayectoria investigadora ha estado centrada en el estudio de la diversidad familiar y el ajuste psicológico infantil de los niños y niñas que crecen en estos contextos familiares no convencionales.
Desde hace algo más de una década trabaja en el ámbito de la educación inclusiva en la Educación Superior. Ambas líneas de trabajo han generado conocimientos que han tenido un gran impacto en la sociedad, haciendo que esta sea más inclusiva e igualitaria. Sus líneas de investigación y trabajo son consideradas de primer nivel porque abren puertas antes jamás indagadas. Siendo una de la investigadoras en psicología evolutiva más reconocidas del mundo.
Ha ido a impartir docencia a un buen número de universidades europeas. Actualmente está dirigiendo, junto con su compañera Anabel Moriña, un proyecto I+d+i nacional sobre las Historias de éxito de graduados y graduadas con discapacidad. Los resultados, que se están obteniendo, están arrojando luz para conocer los factores personales y contextuales que juegan un papel clave para alcanzar el éxito universitario. Su curriculum vitae es inabarcable en estas líneas, posee más de cien publicaciones científicas entre libros, capítulos de libros y artículos. Amén de la cantidad de ponencias y conferencias en Congresos nacionales e internacionales.
Liderazgo institucional y fe de Beatriz Morgado
No conforme con todo el trabajo que desarrollaba, acudió a la llamada del Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y es, desde enero de 2024, Vicedecana de investigación, transferencia, cultura y comunicación institucional.
Esta mujer todoterreno, está casada con Daniel Núñez Mendoza, amigo íntimo de su primo Jesús, que hizo de “celestina” y es madre de dos hijos Marcos (2010) y Beatriz (2012).


Llevaba una vida de estrés importante y de estar siempre corriendo, cuando es llamada por sus amigos Ana Cinta Oria Oria y Francis Pereles, para formar parte del Grupo de Fieles de la Virgen Bella de Sevilla. Después de un cierto tiempo formando parte de la Junta como vocal, es elegida como secretaria, con la responsabilidad que comporta dicho cargo. Ahí es cuando, de nuevo, nos reencontramos. Para ella, lepera hasta los tuétanos, en medio de su vorágine de vida, ha supuesto este rencuentro con la Bella en Sevilla, volver a su casa. Según me dice: “Soy más feliz. He crecido en mi fe. He fortalecido los valores cristianos inculcados por mis padres y los estoy viviendo con plenitud absoluta”.
Esta mujer llana, sencilla, amiga de sus amigos, generosa, trabajadora, apasionada de sus costumbres, profesional indiscutible, rompedora de barreras educativas, lleva a gala su amor a la Virgen Bella. En el Decanato de La Facultad de Ciencias de la Educación de Sevilla, está por todos los rincones, la imagen de su Madre lepera. Como dice la copla, de Nervión a Triana, ha tejido un caminito que no cría yerba.
Gracias Beatriz, por tu entrega generosa. Gracias por ser un referente lepero en la investigación europea. Gracias por ser una vicedecana que lleva a gala su fe y su sonrisa. Gracias por ser un faro de fe en el mundo universitario. Gracias Roque y Pepa, por esta niña que vale un potosí. Te quiero, hermana.
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Isabel M. González Muñoz
Mujeres Leperas
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