María la de “La Dita”

Francisco Javier Prieto Delgado nos cuenta en esta sección la destacable historia de su abuela materna, una persona muy querida y reconocida en el pueblo de Lepe, a la que apodaron como “María la de La Dita”.

“Maria Florencio Santana, ese era el nombre de mi abuela materna, aunque era conocida en todo el pueblo como María la de la dita, nació en Lepe en 1894. Mi madre, Amparo, me contaba que la dita consistía en facilitar a las personas con menos recursos el poder adquirir a través de vales, ropas y tejidos en los comercios existentes en el municipio de Lepe, como la tienda de Manolo el sastre, Pepe Martín, etc…Varias muchachas trabajaban para mi abuela e iban de casa en casa para cobrar la dita.

En aquellos tiempos el acceso a los créditos era muy difícil por lo que la labor de mi abuela era admirable y necesaria para esos tiempos. Todas sus historias me parecían fascinantes, no solo cuando se inició en la dita, siendo muy joven, sino que también estuvo trabajando de niñera en Huelva, Medina-Sidonia y en otros lugares. Pero lo que me parece más sorprendente es que poco después de casarse, ya con dos hijos, José y Teresa, emprendió un viaje a Larache (Marruecos), dentro de lo que se denominaba “protectorado español”, a primeros de la década de los veinte del siglo pasado, a la cual se desplazaron muchos españoles.

Su marido era marinero. Al poco tiempo de estar establecidos allí, el barco donde se encontraba embarcado su marido se hunde en el mar frente a las costas de Larache, pereciendo casi todos los tripulantes entre ellos, su marido José. Es entonces cuando se encuentra sola, en una ciudad extranjera y con dos hijos pequeños. Ante ese escenario, ella decide quedarse allí. Me contaba que le regalaron una máquina de coser “Singer” y se dispuso a coser prendas que la gente le llevaban.

Conoció allí al que fue mi abuelo, Paco, un sevillano que trabajaba de camarero en el casino de Larache. Es allí (en Larache) donde nació mi madre, Amparo, en 1926. Mi abuela me contaba que coincidió con la guerra de Marruecos, y que sufrió el bombardeo a las afueras de la ciudad. Volvieron a Lepe sobre el año 1931. Una vez asentados aquí, inició la actividad de “la dita”, y la mantuvo hasta los primeros años de los setenta. Si bien, en la posguerra se dedicó al estraperlo.

Una cualidad a destacar de mi abuela era su gran adaptación a los cambios y su mentalidad tan avanzada a su época. También era una mujer con un gran don de palabra y muy cariñosa. Se puede decir que fue una mujer pionera en Lepe al establecer esa forma de gestión (la Dita), que tenía como misión ayudar a las personas en aquellos tiempos tan difíciles.

Siempre estuvo pendiente de sus hijos y de sus nietos, mi abuela se prestaba a ayudar en cualquier actividad pese a su avanzada edad: no podía estar quieta. Recuerdo con especial cariño cuando, ya siendo anciana, e incluso con la voz un poco apagada, me contaba sus vivencias de cuando era joven, dónde estuvo trabajando y las personas que conoció”.

María Florencio Santana – María la de La Dita- falleció a los 88 años, siendo una mujer muy destacable entre la población lepera dada su faceta solidaria, pues ayudó a muchas familias del pueblo en aquellos momentos tan duros: No había persona en el pueblo que no conociera a María la de La Dita.

~~Maria con sus vecinos en Larache~~

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