María Bautista, ha sido premiada en la Gala del Deporte por su labor deportiva, destacando como mejor deportista femenina en el Baloncesto. La jugadora de 27 años comenzó a formarse en el club Lepe Alius y actualmente juega en San Antonio de Cáceres, en la categoría 1ª Nacional Femenina.
La joven lepera cuenta que empezó a jugar con solo 8 años: “un día fui a probar y al final me acabó gustando, además, mis amigas también jugaban. Estoy feliz por la decisión que tomé, actualmente ese grupo sigue unido.
A día de hoy compagina el baloncesto con sus estudios, ya que se encuentra opositando para Educación Primaria por E.F., pero asegura que el momento del entrenamiento le sirve para desconectar.
Asimismo, se muestra satisfecha tras ser reconocida en su tierra natal: “ Me siento muy feliz porque después de tantos años practicando baloncesto en mi pueblo, se me ha reconocido todo el trabajo”. La deportista expresa emocionada que le ha dedicado este premio a su tío, una persona muy especial que falleció hace unos años y con la que mantenía una estrecha relación: “Se lo dedico, sé lo orgulloso que estarías de mí”. Bautista recibió la noticia de que iba a ser premiada en la Gala del Deporte de forma inesperada, con la llamada de Jose Antonio Gómez, a quien señala, bromeando, como el culpable de su implicación en este deporte, a la vez que le agradece tenerla en cuenta para esta candidatura. También, comenta que ha trabajado mucho durante estos años: “No ha sido fácil, como cualquier deportista me enfrento a muchas barreras por el camino, pero hay que aprender a superarlas”.

La jugadora hace un balance positivo de la última temporada, en la que consiguieron coronarse como campeonas de la Liga Regular. Además, asegura que ha aprendido y disfrutado mucho, tanto a nivel personal como deportivamente.
“Desde que salí de mi pueblo, Lepe, he crecido mucho deportivamente. El primer año en Badajoz me llegó una gran oportunidad, jugar en Liga Femenina 2. Estuve durante dos temporadas jugando en esa categoría, fueron de las más duras, pero a la vez enriquecedoras. Tuve la suerte de aprender y enfrentarme a las mejores jugadoras de la liga y eso hizo que a día de hoy sea una persona constante, luchadora y humilde.
El deporte para mí es como un estilo de vida, es mi modo de desconectar de todo. Antes de empezar a jugar ya estaba unida al baloncesto, por mi hermana mayor, que también lo practicaba yo era la pequeña y quería seguir sus pasos, por eso jugaba con el número 4. Aunque, hace unos años cambié el dorsal al número 2, por mi tío, él me preguntaba todos los fines de semana contra quién jugaba y a donde iba, cuando me fui a jugar fuera de casa siempre recibía sus llamadas interesándose por mí.”.
