Recaudan fondos para comprarle una pistola al atracador que asaltaba a sus victimas pegándole un pellizco en el costado con unos alicates.
José Oria, una de sus últimas víctimas, ha organizado un crowdfunding dolido aún por el cardenal que le dejó el atracador
El pasado día 28 de enero, José Oria, un vecino de Lepe, se encontraba el cajero de una sucursal bancaria del centro del pueblo cuando, un individuo con gorra, le pegó un pellizco en el michelín derecho con unos alicates y le pidió que le sacara 100 euros. Ante el calambrazo que le recorrió todo el cuerpo de arriba abajo José se quedó traspuesto y le entregó religiosamente el dinero. Al zafarse de la angustiosa situación, José entabló conversación con el atracador, haciéndolo razonar de que esas no eran las formas de atracar a nadie. El delincuente, apenado por la situación que acababa de vivir, le dijo que era la primera vez que atracaba y que no tenía dinero para otra cosa. Por ello José se ha puesto manos a la obra y está organizando un Crowfunding para comprarle una pistola.
Desde esta redacción, aunque preferimos defender que la gente no atraque mediante cursos de educación como, por ejemplo, “Cómo pedir marisco fiado y no a punta de pistola”, nos solidarizamos con la causa de José. Hacemos un llamamiento a la población para que ayuden al señor delincuente. Que adquiera un arma, eso sí, sin balas, porque ya que a los dos días de ser detenido va a estar en la calle, por lo menos que no vaya con los alicates por ahí haciéndole cardenales a la gente.
El atracador ha mostrado su total predisposición a seguir atracando. Pero esta vez, gracias a José, asustando al personal con una pistola. Al fin y al cabo, intimida más, porque la gente no sabe si tiene balas o no y, al final, no hace daño físico. Además, se va a apuntar a clases de teatro para aprender a impostar la voz y cagar aún más a los atracados. Por lo visto tiene una voz parecida a la del “Corito”.
José sigue recuperándose del cardenal causado por el «pellizcazo» de los alicates. Pero dice que duerme muy tranquilo porque cree que el pueblo de Lepe lo va a apoyar y van a conseguir comprarle al atracador una buena pistola de las grandes. De momento, José le ha comprado una de plástico de los para que se vaya aviando.
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