Francisco Javier Padilla de 62 años lleva repartiendo ilusión desde hace cinco años. Natural de Ceuta, decidió dar el salto a la península y probar suerte vendiendo lotería en la Playa de La Antilla (Lepe). En una reciente entrevista con el medio Huelvahoy, Padilla relata cómo fueron sus inicios en la localidad costera tras abandonar Ceuta: “Vendí todo y me vine aquí a vivir después de trabajar cuarenta años como transportista en el puerto de Ceuta”.
Desde entonces, la fortuna ha estado de su parte. Junto a su hijo Mario, han repartido en tan sólo cinco años casi una veintena de premios entre la lotería de Navidad, la lotería del jueves y la del sábado.

Este año, tuvo la corazonada de que iban a dar un premio en Navidad: “Cuando empezó el sorteo me vine un poco abajo”, pero cuando dieron el primer quinto premio, seguido de un segundo quinto premio, el corazón casi le da un vuelco -y eso que padece de corazón-. Toda una hazaña, ya que “repartir dos premios en Navidad es difícil y hay que tener suerte”.
Su administración de lotería Piscis, es una de las más transitadas de la costa de Huelva. Desde julio, el lotero comienza a vender los primeros boletos para la Lotería de Navidad y del Niño: “Viene gente de todos sitios”, concede. De toda Huelva, de Extremadura, de Sevilla, e incluso de puntos más lejanos de la geografía como Almería, Murcia, Madrid y el País Vasco.
Aunque, detalla: “Para el Niño no se compra igual que para la Lotería de Navidad”. La gente suele cobrar en metálico una parte de lo premiado en Navidad, e invertir algo para el Niño”. Cuando más afluencia hay son los dos últimos días previos al sorteo. Dejan la compra para el último momento, y muchos le piden que sea él mismo quien elija el boleto, dejando la suerte en sus manos. También hay clientes que le piden que les desee suerte al comprarlo, dice sonriendo.
Por estadística, las terminaciones más vendidas son el 5 y 7, después el 3 y el 9, en ese orden. “El 7 es el número que antes se acaba”, tanto para la Lotería de Navidad como para el Niño.
¿Y cómo se entera de que ha vendido un premio? La Delegación de Huelva le avisa, así como un canal de Loterías del Estado que le notifica los premios que ha repartido.
“Pero no sabemos a quién”. De hecho, comenta que de todos los premios que han dado, solo conocen a los ganadores “a los 5 meses, o incluso al año”. La gente se reserva mucho, “y eso que me suelen decir: si me toca, nos vemos; yo les digo que por lo menos me llamen por teléfono, pero luego ni te llaman”.
A excepción del primer premio del jueves que dio en el año 2021: “Fue una clienta nuestra que llegó antes que nosotros el viernes por la mañana a la administración, y estuvo haciéndose fotos con nosotros”.
Compartir la ilusión es también parte del premio. En los últimos días previos al Sorteo del Niño, Paco recibió con alegría a sus clientes, que desde bien temprano se acercaron a la fachada de esta popular administración del litoral onubense, que no pasa desapercibida por la decoración de tréboles que presagian que tras la pared, puede toparse uno con la suerte.
Paco los volvió a pintar antes de empezar la campaña. “El pintor de Isla que vino me dijo: Paco, te voy a pintar unos tréboles nuevos, pero con suerte”. Así ha sido. El lotero sigue manteniendo la ilusión de dar el Premio del Niño.
Detrás de la sencillez de su quiosco de lotería se esconde una historia fascinante de generosidad, perseverancia y conexión comunitaria. En La Antilla, Paco no solo vende sueños en forma de números de lotería; vende esperanza, generosidad y un recordatorio de que, a veces, las cosas más simples son las que hacen la mayor diferencia.
Esperamos seguir viendo durante muchos años más, como este particular lotero continúa iluminando las calles con su trabajo, contagiando esa alegría y llenando de ilusión a la gente del pueblo, actuando como un faro brillante de esperanza en el corazón de la localidad onubense. No olvidemos que la lotería es un juego de posibilidades, y todos merecen tener una oportunidad.