El arte en la piel: Rafa López y su pasión por el mundo de los tatuajes

Rafa López tiene 29 años y aunque nació en Sevilla se define como “adoptado en Lepe”. El joven tatuador tiene una casa en el municipio onubense, lo que le hizo echar raíces y hacer grandes amigos aquí. Por eso, decidió abrir su segundo estudio de tatuaje en nuestro pueblo, a la vez que mantiene otro ubicado en Sevilla.

-Cómo te llevó la vida a ser tatuador? ¿Cómo te empezaste a interesar por esta profesión y el mundo de los tatuajes?

– Fue curioso porque yo estaba estudiando una carrera, Ciencias de la Actividad Física y Deporte, mientras trabajaba en un restaurante, y fue un momento mío de estallar con todo, hacer borrón y cuenta nueva en mi vida, dejé la carrera, el trabajo de camarero y me apunté al curso de tatuador. Desde siempre me ha llamado la atención el arte, la pintura, los cuadros, la música y sobre todo las esculturas. Además, empecé a tatuarme con 16 o 17 años, pero nunca me había planteado hacer este curso y empezar esta aventura, entre otras cosas, porque era bastante costoso y no tenía tiempo.

-Háblame de tus estudios

– Actualmente, tengo dos estudios, uno en Sevilla y otro en Lepe, el de Sevilla lo monté hace 5 años y el de Lepe hace 3 años. Al principio, cuando abrí el estudio de Lepe era muy chico y solo trabajaba yo, realmente fue una prueba para ver cómo iba a funcionar, cómo me acogía el pueblo y cómo me iba el trabajo y la verdad que fue súper bien desde el primer momento, gracias a la gente y los amigos que conozco tuvo súper buena acogida y empecé a progresar bastante en este mundo. También, progresé mucho como profesional

gracias a los tatuajes que me entraban en Lepe, porque al principio eran unos tatuajes muy lineales, yo pienso que la base de un buen tatuador está en sus líneas y esto me ayudó mucho, a mejorar las líneas y hacerlas con la soltura que la hago hoy en día. Gracias a Dios la cosa fue yendo mejor y actualmente nos hemos mudado a un local que es 3 veces más grande, como también hemos ampliado el equipo, pasando de una a 3 personas.

-¿Tienes algún estilo favorito?

-Sí, pero creo que los estilos se van creando un poco conforme a tu experiencia y sobre todo, también, a tu personalidad, lo que más te gusta para ti normalmente suele coincidir con lo que más te gusta hacer y en mi caso es totalmente lo contrario. En mi cuerpo llevo tatuado un estilo tradicional “Old School”, que fue con lo que yo empecé a tatuar, empecé haciendo tradicional y estilo Old School pero poco a poco he ido desarrollando una técnica tras varios seminarios que hice con varios tatuadores de realismo y amigos que se dedican a este mundo y también hacen realismo. Desde hace un año me dedico únicamente al realismo, la verdad es que me encanta porque veo un progreso en mis piezas. De hecho, no lo veía tanto en mis piezas de tradicional porque es algo mucho más lento y con el realismo se nota el avance de un mes a otro y eso me gusta mucho.

-¿Qué habilidades crees que debe tener un buen tatuador?

-Creo que la base principal es el dibujo, entenderlo, haber dibujado mucho y practicar los contrastes, el claroscuro, las técnicas de luz y de sombra, una vez que se entiende eso tu trabajo coge otro nivel. También, hacer unas buenas líneas, porque hacen mucho de un tatuaje, yo hago unas sombras muy homogéneas, que no tengan muchos saltos de tonalidad sino que empiecen con una sombra muy oscura y que acaben con unas sombras muy claras, en eso es lo que estoy poniendo todo todo mi empeño.

– ¿Cuál dirías que ha sido tu tatuaje más loco?

 -Creo que todos estaremos de acuerdo que nos hacen bastante propuestas locas, es curioso porque el tatuaje más loco me lo pidieron cuando yo llevaba apenas meses tatuando, fue una chica que me pidió que le hiciera un tattoo que era de una calavera en cada en cada pecho y una serpiente que rodeaba la calavera, donde la cola de la serpiente terminaba cerca del ombligo y la cabeza llegaba hasta el cuello. Fue un tatuaje que me marcó mucho porque fue un primer proyecto que entró y los principios son complicados. Fue un trabajo que me ayudó a sentarme conmigo mismo y a decir que me tenía que atrever un poco más en coger proyectos grandes, que no tenía por qué tener miedo siempre.

 – ¿Qué le recomendarías a toda la gente que está empezando en el mundo del tatuaje?

Que no se canse de dibujar, que en cada hueco y rato libre que tenga que dibuje, que haga mano, para coger soltura y agilidad, ese movimiento luego te ayuda a hacer unas líneas mucho más fluidas. Recomendaría que se atrevieran un poco en sus proyectos que no se estanquen en un estilo. Los tatuadores desde que empezamos hasta que nos vamos desarrollando pasamos por muchos estilos, por muchas formas de hacer las cosas y desde mi visión hay que probar todas ellas para centrarte finalmente en una. Veo muy necesario llevar a cabo tu propio estilo y que cuando alguien vea tu tatuaje por la calle diga este tatuaje es de tal… para mí eso es lo más importante en el mundo del tatuaje. Igual que en el arte, no tiene nada que ver un cuadro de Dalí con uno de Picasso o Rembrandt, son todos distintos y cada uno tiene su sello personal, pues en el tema del tatuaje los tatuadores buscamos lo mismo.

– ¿Crees que es más difícil para las mujeres abrirse un hueco en este mercado?

Creo que para nada lo tienen más complicado, para nada, creo que es una profesión que tiene total igualdad, incluso te diría que para mí las mujeres tienen en el tatuaje una sensibilidad especial. De hecho, sí que te puedo decir que mi tatuadores favoritos son mujeres, me gusta mucho más su forma de expresar el tatoo y me llaman bastante más la atención.

-¿Cómo te sientes cuando estás tatuando? ¿Qué es lo que más te llena de tu profesión?

-Cuando estoy tatuando me evado absolutamente de todo, yo me meto en mi mundo, en el tatuaje que estoy desarrollando, no paro de darle vueltas a posibles mejoras y a cosillas que le podría hacer para que quedara mejor. Normalmente suelo ser una persona extrovertida y de palabra fácil, pero  mientras tatúo soy todo lo contrario, me gusta concentrarme en mi trabajo, si me hablan respondo pero desde que meto la aguja y empiezo a tatuar me pongo en modo trabajo, me echo la gorra para atrás y a trabajar. 

– ¿Qué es lo que más te llena de tu profesión?

-Siento que estoy haciendo algo que me gusta, que me llena. Me pongo nervioso en cada tatuaje, me sigue pasando a día de hoy, llevo 5 años y pico tatuando y cada vez que voy a tatuar me sigo poniendo nervioso. Es algo que a mí me encanta de mi trabajo, seguir teniendo esa sensación después de 5 años. Me gusta mi trabajo, es lo que siempre me ha gustado, diseñar, dibujar y ahora tatuar, ojalá que siga así mucho más tiempo.

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