Lepe despide con tristeza a Trinidad Prieto, camarista de la Virgen de la Bella

Trinidad Prieto fallecía la pasada semana dejando un gran sentimiento de tristeza en todo el pueblo. La lepera ocupaba el cargo de camarista en la Hermandad de la Virgen de la Bella. 

Tras el conocimiento de la triste noticia, el perfil de la Hermandad de la Bella ha querido dedicar unas palabras de cariño y pedir una oración en su honor: 

“La Muy Ilustre, Fervorosa y Franciscana Hdad. Matriz de Ntra. Sra. de la Bella, con profundo pesar, lamenta la irreparable pérdida de Dña. Trinidad Prieto Prieto, Camarista de la Santísima Virgen. Rogamos una oración por su alma y pedimos a la Virgen Bella sea acogida en sus brazos de madre buena. DEP”.

Asimismo, Paco Toscano, Hermano Mayor de la Hermandad de la Bella, ha querido dedicarle las siguientes palabras:

“Si dentro de las distintas personas que hay en el seno de la Hermandad de la Bella, hay alguna con una relevancia tal que a todos y cada uno de nosotros nos despierta sentimientos de gratitud plena, esa es la camarista de la Virgen.

La figura de la camarista en el seno de la Hermandad y en el resto de devotos de la Bella, ha sido siempre y sigue siendo una figura respetada en todo momento. La relación tan íntima que mantiene con la imagen de la Virgen, despierta un sentimiento en todos nosotros de amor incondicional. No en vano, es la persona que se desvela constantemente en sus cuidados, y está siempre pendiente de que la virgen luzca como madre, reina, y consoladora para todos sus hijos.

Si aparte de la labor que desempeña, encima se le suma la calidad humana para con todo el que se acerca a ella, como ha sido el caso de Trini, pues no es de extrañar que tras su partida, nos deje ese vacío que en muchos de nosotros ha quedado.

Trinidad Prieto Prieto, camarista de la virgen de la bella durante tantos años, nos dejó el pasado día 28 de enero dejando una estela de nostalgia a todo aquel que tuvo la dicha de conocerla, no sólo en su labor como camarista, sino como gran persona.

Mujer sencilla y paciente, que siempre tenía una palabra de aliento para la gente. Siempre dispuesta a trasladar el consuelo que nuestra madre pudiera darnos en los momentos que más hundidos pudiéramos estar.

Madre amorosa, hermana tierna, esposa abnegada, lepera incondicional que asumió la labor que nuestro señor le encomendó, con la alegría propia de quien recibe el premio mayor que nadie pueda recibir.

Trinidad Prieto Prieto, puedes estar orgullosa allá donde estés, porque tu gente te recordará siempre por haber sido la mediadora con nuestro mayor tesoro”.

DESCANSA EN PAZ, CAMARISTA.

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